El niño de 9 años yace en una cama de hospital, cuya sábana, manchada de sangre, está cubierta de hormigas. El menor tiene la mirada fija en la pared.
“Incluso las iglesias que no solían ‘cazar’ niños brujos se han visto forzadas a ello por la competencia“, dijo Itauma.
El pastor de la iglesia a la que asiste su familia lo acusó de ser brujo, y su padre trató después de obligarlo a tragar ácido como parte de un exorcismo. El ácido se derramó en el forcejeo, quemando el rostro y los ojos del niño, que apenas tenía fuerza para musitar el nombre de la iglesia que lo había denunciado: Faro del Monte Sion.
Un mes después, el niño murió.
Nwanaokwo Edet fue uno entre un número creciente de niños en Africa acusados de brujería por pastores y que son torturados o asesinados, frecuentemente por sus propios familiares. Los pastores estuvieron involucrados en la mitad de 200 casos de “niños brujos”, revisados por The Associated Press, y los expedientes de los distintos casos involucran a 13 iglesias distintas.
Algunas de las iglesias involucradas son ramas locales escindidas de organizaciones religiosas internacionales. Sus adeptos se toman literalmente la exhortación bíblica: “A la hechicera, no la dejarás con vida” (Exodo 22:17).
“Es indignante lo que se permite que ocurra en nombre del Cristianismo“, dijo Gary Foxcroft, jefe de la organización Stepping Stones Nigeria, sin fines de lucro.
Por su parte, las familias suelen ser extremadamente pobres y algunas veces se ven incluso aliviadas por tener una boca menos que alimentar. La pobreza, el conflicto y la pobre educación son terreno fértil para estas acusaciones, desencadenadas después por la muerte de un familiar, la pérdida de un empleo o la denuncia de un pastor que busca llamar la atención, dijo Martin Dawes, vocero del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
“Cuando las comunidades se ven presionadas, buscan al chivo expiatorio”, dijo. “Esto se aprovecha de las creencias tradicionales, las cuales indican que alguien es responsable por un cambio negativo… y los niños están indefensos“.
La idea de la brujería difícilmente es nueva, pero ha cobrado nueva fuerza recientemente, en parte por el rápido crecimiento de las ramas cristianas evangélicas en el país. Organizaciones defensoras de los niños dicen que unos 15.000 han sido acusados en dos de los 36 estados nigerianos en la última década, y que unos 1.000 han sido asesinados.
Tan sólo en el último mes, tres niños nigerianos acusados de brujería murieron y se prendió fuego a otros tres.
Los pastores estuvieron involucrados en la mitad de 200 casos de “niños brujos”, revisados por The Associated Press, y los expedientes de los distintos casos involucran a 13 iglesias distintas.
Nigeria es uno de los países con peores abusos infantiles, pero no es la única nación donde esto ocurre. El UNICEF señala que decenas de miles de niños han sido atacados en todo el continente africano.
Los carteles que promueven a las sectas abundan en cada curva de la carretera que se abre paso por la selva, entre Uyo, capital del estado meridional de Akwa Ibom —donde yacía Nwanaokwo— y Eket, donde hay un albergue para muchos de los “niños brujos”.
El número de iglesias supera al de escuelas, clínicas y bancos, todos juntos. Muchas prometen resolver las preocupaciones espirituales de los seguidores, así como las materiales —ocho de cada 10 nigerianos sobrevive con menos de dos dólares diarios_.
“La pobreza debe quemarse”, insiste la secta Born 2 Rule Crusade, en una de las calles principales de Uyo. “Cuando las pequeñas oportunidades se convierten en grandes en muy poco tiempo”, promete la Capilla del Ganador, en la carretera. “Abrete paso a la riqueza, orando”, recomienda Embajada de Cristo, a unas cuadras de distancia.
Con tanta competencia, es difícil para una organización religiosa ganar adeptos. Así, algunos pastores ganan fama al acusar a los niños de brujería.
Nwanaokwo dijo que conocía al clérigo que lo acusó sólo como Pastor King. La Iglesia Faro del Monte Sion confirmó inicialmente que un pastor con ese nombre prestó sus servicios ahí, pero luego negó tener conocimiento sobre cualquier persona con ese nombre.
El obispo A.D. Ayakndue, jefe de la iglesia en Nigeria, dijo que se alienta a los pastores a orar para combatir la brujería, pero no a abusar de los niños.
“Oramos con mucho fervor sobre este problema” de la brujería, dijo. “Pero nunca podemos dañar a un niño”.
La iglesia nigeriana es una rama de la iglesia californiana que lleva el mismo nombre. Sin embargo, la iglesia californiana señaló que no tiene contacto con su rama en Nigeria desde hace años.
“No tenía idea”, dijo Carrie King, presbítero de la iglesia, entrevistado por teléfono desde Tracy, California. “Sabía que la gente allá cree en la brujería, pero nosotros creemos en el poder de la oración, no en causar daño físico a la gente”.
Faro del Monte Sion, mencionada por otras tres familias como la organización religiosa que acusó a sus niños, es parte de la poderosa Fraternidad Pentecostal de Nigeria. El presidente de la Fraternidad, Ayo Oritsejafor, dijo que esta organización es el grupo religioso que más rápidamente crece en Nigeria, con más de 30 millones de miembros.
“Hemos crecido tanto en los últimos años que no podemos vigilar a todos”, explicó.
“Es indignante lo que se permite que ocurra en nombre del Cristianismo“, dijo Gary Foxcroft, jefe de la organización Stepping Stones Nigeria, sin fines de lucro.
Pero Foxcroft, jefe de Stepping Stones, dijo que si la organización es capaz de recaudar cuotas de sus miembros podría también vigilarlos mejor. Foxcroft afirmó que ha escrito en dos ocasiones a la organización para alertarla de los abusos.
Sugirió que la Fraternidad pida a sus miembros que consignen casos de abuso o realicen reuniones para educar a los pastores acerca de la nueva ley de derechos de la niñez en el estado de Akwa Ibom, la cual considera ilegal acusar de brujería a los menores. Hacen falta leyes y educación similares en otros estados, consideró.
Sam Itauma, de la Red de Derechos y Rehabilitación de los Niños, dijo que los más vulnerables —los huérfanos, enfermos, discapacitados o pobres— son los acusados con mayor frecuencia. En el caso de Nwanaokwo, el hecho de que su padre fuera pobre y su madre hubiera muerto lo convirtieron en un blanco fácil.
“Incluso las iglesias que no solían ‘cazar’ niños brujos se han visto forzadas a ello por la competencia“, dijo Itauma. “Son consideradas poderosas espiritualmente porque pueden descubrir la brujería, y los padres incluso pueden pagarles dinero por un exorcismo”.
Eso fue lo que hizo Margaret Eyekang cuando su hija Abigail, de 8 años, fue acusada por un “profeta” de la Iglesia Apostólica. A la niña le gustaba dormir al aire libre en las noches cálidas, lo que se interpretó como evidencia de que huía para participar en algún aquelarre. Una serie de exorcismos costaron a Eyekang su salario de ocho meses, o unos 270 dólares.
Los pagos la dejaron en la quiebra, y los vecinos agredieron a su hija.
Copyright 2009 The Associated Press.
Articulo extraído de Noticias24
No hay comentarios:
Publicar un comentario